El estado más rico de Estados Unidos se convirtió en el último - tras Illinois y Connecticut - en caerse del programa de ventas a través de filiales, que depende de webs a nivel estatal para gestionar su propio negocio online.
Sus socios, que pagan un canon cuando canalizan tráfico a Amazon que resulta en una venta, se han encontrado en mitad de una lucha entre Amazon y varios estados que argumentan que el proveedor online tiene obligación de recaudar impuestos cuando esos socios operan dentro de su estado.
Amazon argumenta que esos impuestos conllevan una pérdida de puestos de trabajo y de ingresos. El martes, el órgano legislatorio de California aprobó un presupuesto que incorpora un impuesto a las ventas online y el miércoles el gobernador, Jerry Brown, firmó el proyecto de ley.
"Nos oponemos a esta iniciativa porque es inconstitucional y contraproducente. Está apoyada por los grandes minoristas, la mayoría de los cuales tienen su sede fuera de California, que tratan de dañar los programas de publicidad de afiliados de sus competidores", dijo Amazon en un correo enviado a sus socios californianos el miércoles.
Algunos analistas dicen que Amazon podría reducir sus alianzas en más estados del país que requieran que el proveedor online recaude impuestos de sus ventas.
Muchas cadenas tradicionales en Estados Unidos, como Best Buy y Sear, han expresado su preocupación por el terreno que están ganando los proveedores online al evitar pagar impuestos en estados donde no tienen presencia corporativa.
Fuente: Reuters
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